El caos aeronáutico que se ha establecido en España tras la huelga encubierta de los controladores aéreos ha forzado a que el Gobierno establezca el primer estado de alarma de toda la democracia. Es un hecho sin precedentes y puede provocar que se produzca una militarización de las torres de control.
Los controladores aéreos establecieron en el día de ayer una huelga encubierta que obligó a Aena a cerrar el espacio aéreo de toda España. Los trabajadores que aludieron estrés, se dieron de baja masivamente dejando los aeropuertos sin medios para que pudieran funcionar correctamente. Algunos se presentaron en su puesto de trabajo pero se negaron a trabajar por lo que fue imposible la circulación de los aviones.
Esta mañana, el consejo de ministros se ha reunido junto con el secretario y el abogado General del Estado en gabinete de crisis para ver como podía atajar el caos aéreo. El vicepresidente primero del gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, compareció a las doce de la mañana en el Palacio de la Moncloa para informar sobre cuáles son las medidas que se van a tomar a partir de este momento. Según informó, los controladores que se nieguen a trabajar pueden ser sancionados incluso con penas de prisión por atentar contra derechos recogidos en la Constitución.
El cierre del espacio aéreo durante el puente más largo en España, ha dejado pérdidas millonarias en el sector hostelero y, además, la imagen del país ha quedado muy mermada tras estos incidentes. En la próximas horas se prevé que los controladores vuelvan a sus puestos de trabajos pues si no pueden ser sancionados con hasta penas de cárcel. Algunas compañías aéreas como Iberia ya ha manifestado que sus aviones no volverán a circular hasta mañana a las 06:00 horas.
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