Los franceses salieron de nuevo ayer a las calles de todo el país para manifestarse contra la nueva ley de jubilación del presidente Sarkozy. Esta ley que prevé entre otras cosas cambiar la edad de jubilación de 60 a 62 años, no convence a los franceses que intentan paralizarla sea como sea. A los sindicatos se han unido, en los últimos días, los estudiantes que han dado un nuevo impulso a las manifestaciones.
Manifestación celebrada ayer contra el recorte de las pensiones en Francia. |
El miércoles es el día marcado para que sea aprobada en el Senado y, por ello, presionan al gobierno con restricciones en la gasolina para conseguir así paralizar a todo el país. Ante el caos que se está instalando en Francia, los policías se han situado en las gasolineras del país para evitar que se produzcan cualquier tipo de incidentes con los sindicatos.
La manifestación de ayer fue secundada por casi 3 millones de personas según los sindicatos, la policía rebaja la cifra hasta 825.000. Esta previsto que el próximo martes se produzca otra manifestación para presionar al Gobierno. Sin embargo, no todos los sindicatos franceses están convencidos de que los paros consigan modificar el proyecto de ley y algunos ya piensan en abandonar las manifestaciones.
El abastecimiento de gasolina empieza a escasear en París y los ciudadanos se lanzan a las calles para llenar sus depósitos. Los principales aeropuertos parisinos se encuentran en una situación inquietante. El de Orly cuenta con reservas para 17 días pero el de Roissy sólo hasta “el lunes o el martes”, según un portavoz del ministerio de Ecología. A pesar de todo, “el Gobierno está buscando soluciones” añadió el portavoz.
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